España es el segundo país del mundo con más kilómetros de alta velocidad construidos y en servicio del mundo. El Tren de Alta Velocidad (TAV) se ha presentado como el medio de transporte sostenible y con más potencial para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y ahorro energético. Se le ha concedido el papel de líder para lograr el objetivo medioambiental de la Comisión Europea de emisiones netas de GEI cero para 2050. La mayoría de estudios que se han realizado sobre este modo de transporte han puesto la atención en analizar y estimar estos ahorros en términos de operación de la red obviando, sin embargo, las cargas asociadas a la construcción de la infraestructura.
Este trabajo analiza las cargas ambientales de construcción y operación del Corredor Norte del AVE para condiciones de tráfico de 2016 y verifica si su construcción está justificada en términos de reducción de impactos ambientales y reducción de consumo energético. Para ello integra en el estudio la fase de construcción y mantenimiento de la línea, junto a la de operación. Más concretamente, el estudio se basa en la metodología del análisis de ciclo de vida (ACV), que incluye el cálculo de las cargas asociadas a la construcción de la infraestructura y las reparte a lo largo de su vida útil.
Este estudio concluye que esta línea Norte de alta velocidad no compensará, durante su vida útil, los impactos ambientales generados en su fase de construcción y mantenimiento, es más, la construcción de este corredor supone un empeoramiento de las condiciones medioambientales de la región. Por lo tanto, la construcción del Correr Norte no está justificada en términos de ahorro de energía y reducción de emisiones atmosféricas ya que la demanda actual no es suficiente y debería ser, en el escenario base, un 53 % mayor que la actual.
Este análisis es parte de la tesis doctoral que estoy elaborando sobre el potencial real del TAV en la transición ecológica hacia una movilidad más sostenible.