España cuenta con la segunda red ferroviaria de alta velocidad más larga del mundo construida y en servicio. El tren de alta velocidad (TAV) suele presentarse como un medio de transporte sostenible con un enorme potencial para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y el consumo de energía. La mayoría de los estudios realizados sobre este modo de transporte, sin embargo, se han centrado en analizar y estimar estos ahorros en términos de funcionamiento de la red ignorando así las cargas asociadas a la construcción y mantenimiento  de la infraestructura.

Partiendo de la aplicación de la metodología de Análisis de Ciclo de Vida (ACV), este trabajo integra en el análisis, además de la fase de operación, las fases de construcción y mantenimiento de las líneas del AVE en 2016 y verifica si la construcción está justificada en términos de reducción de GEI y consumo de energía.

Este artículo concluye que la construcción de los corredores Levante y Norte no se justifica en términos de ahorro energético y reducción de emisiones debido, principalmente, a la baja demanda y, por lo tanto, la decisión de construir nuevos tramos del AVE debe basarse en un análisis de demanda donde solo se construyan los corredores con una demanda suficiente de transporte. Además, los responsables políticos deberían considerar otras medidas relacionadas con el transporte que conducirían a reducciones considerables y rápidas de los impactos ambientales sin la carga de construir nuevas infraestructuras: p.e reducir la demanda de transporte, incrementar la ocupación de vehículos particulares, promover la tracción eléctrica y el uso de electricidad de fuentes renovables.

Artículo disponible: https://doi.org/10.1016/j.retrec.2021.101035

Data in Brief: https://doi.org/10.1016/j.dib.2021.107006