Autor Izaro Basurko
El Presal es un área de reservas petrolíferas y gasísticas de aguas profundas (de hasta 7000m), encontradas bajo una zona salina en las costas brasileñas. Es una zona que de unos 800 km de largo que discurre paralela al litoral.
El primer campo (Tupí) fue descubierto en agosto de 2006, tras 43 años de inversión estatal, pero el anuncio no fue hecho público hasta noviembre de 2007. Desde el inicio fue visto como un gran descubrimiento y Lula, entonces presidente declaró que se trataba de la “nueva independencia de Brasil”.
En 2010 viendo la cantidad de petróleo que se podría extraer, el gobierno de Brasil creó un marco regulatorio especial para el Presal, en la que el estado brasileño tenía una mayor participación en la extracción del crudo y un mayor control en la exploración. La idea del gobierno Lula, era aprovechar el Presal para aumentar el potencial de la industria naval y petrolera de Brasil, mientras evitaba la entrada de empresas extranjeras en el negocio. Además una parte de los beneficios obtenidos por los royalties, se derivaban al llamado “fondo social” para educación y sanidad.
(Mientras tanto EEUU, así como quién no quiere la cosa, activó la cuarta flota, después de 58 años inactiva, acechando las costas brasileiras y venezolanas.
Brasil reconoce la soberanía hasta 320km de la costa, pero a los norteamericanos les basta con 12 millas (34km) …. es importante la diferencia, y una buena flota puede dirimir fácilmente estas disputa.)
Es evidente que el “control estatal” y el “fondo social” era algo que al capital extranjero no le gusta demasiado, así poco a poco estos intereses fueron modificando la ley y erosionando Petrobras con casos de corrupción. A partir del golpe de estado de Temer en 2016, el estado no tiene frenos para vender activos e inversiones a fondos privados.
La producción de petróleo y gas del Presal bate récords de producción cada mes y todavía queda mucho petróleo por descubrir bajo la capa de sal. Hablamos de cantidades que ponen a Brasil en el mapa de los grandes extractores mundiales, y el yacimiento como uno de los más deseados por las empresas petroleras en este momento.
En un contexto internacional marcado por el control de la energía, la sociedad brasileña se divide entre la recuperación del lema de Getúlio Vargas “o petroleo es nosso” escenificado por Lula en 2008, y el neoliberalismo empresarial con Temer de títere, que desea privatizar las ganancias derivadas del Presal.
Lo que está claro es que en esta lucha, pocas voces se decantan por la posibilidad de no tocar el petróleo y dejarlo en su lecho de sal.
Dibujos del artículo obtenidos de la cartilha realizada por la Plataforma Operaria y Camponesa en defensa de Petrobras y Brasil.
Artículo previamente publicado en izaroblog.